top of page

LA HISTORIA DE UNA MUJER QUE GUARDÓ ESTA CARTA DE AMOR POR MÁS DE 40 AÑOS

Actualizado: 29 ene 2023

El poder de las palabras y la fuerza del amor

Lo que dejamos plasmado sigue vibrando aun después de la muerte de quien lo escribió

Hace 41 años, Leticia había terminado de criar. Sus dos hijos eran adolescentes y ella estaba dedicada a disfrutar esa relativa libertad que llega cuando los hijos ya se mueven solos, aunque en su caso, no los dejara tan sueltos.

Todos los días, Gilberto y Javier llegaban de la secundaria y encontraban el plato servido, la casa limpia y a su madre lista para que, al terminar de comer y de hacer las tareas, salieran volando a su ensayo de la Rondalla Voces y Cuerdas de la Veracruz. Un grupo integrado por niños y adolescentes que creó y dirigió por una década el maestro Everardo Palomar Arriola (https://youtu.be/O-jV-SBq_m8).

No había una mamá Van a la puerta; la salida implicaba una caminata de unas diez cuadras para abordar el camión. Dos calles antes de llegar a la parada del autobús, la señora Aguilar -como todos le decíamos en la rondalla- pasaba por mí, y yo me unía a su prole; y así, guitarras en mano, hacíamos ese trayecto, que fue el mismo por varios años.

Ensayábamos todos los días. De cuatro de la tarde a ocho de la noche durante el periodo escolar; todo el día en vacaciones, y hasta los sábados y domingos cuando preparábamos un concierto.

La señora Aguilar era una mamá que no solo me cobijaba a mí. Estaba pendiente de todos, y durante los ensayos y viajes largos -como cuando fuimos a la Ciudad de México a grabar nuestro LP- nos cuidaba y procuraba que comiéramos y durmiéramos; que no hiciéramos travesuras y que estuviéramos fuera de riegos.

En esos tiempos, Margarita anunció que venía en camino. Sería la tercera de la dinastía Aguilar Rodríguez. La noticia nos alegró a todos; tanto que compusimos una canción y se la cantábamos de cuando en cuando a la señora Aguilar.


"Yo les voy a dar una sorpresa"

¡y sacó una carta de hace 40 años!

Después de más de 30 años de no reunirnos, nos encontramos en diciembre pasado, igual que cuando éramos chavales, en la casa de la familia Consejo Trejo, los papás de Cachita;

Aquellas que éramos adolescentes, ahora somos sexteañeras, y ya no se nota tanto la diferencia, o será que ella sigue viéndose tan jovial, incluso más que cuando tenía que ponerse seria con nosotras. Convivimos sin esas barreras, ni esas responsabilidades, y fue ahí cuando nos dijo “¡ahora soy yo quien les va a dar una sorpresa!”.

Abrió su bolsa y sacó su cartera.

De uno de los compartimientos sacó una carta.

“Esta carta me ha acompañado siempre, desde hace más de 40 años; aunque cambie de bolsa, siempre vuelvo a ponerla adentro. La perdí por unas tres semanas, pero la encontré y volví a ponerla en mi monedero.

Todas estábamos expectantes, y entonces la vimos. Era la carta que le escribí como regalo cuando celebramos su embarazo. Hoy Margarita es una mujer, y esa carta -casi a nivel de papiro de museo- sigue siendo la evidencia de cuánto me alegró saber que iba a tener un bebé.



Es un texto de amor escrito por una adolescente de 17 años que, a pesar del paso del tiempo vuelve a cobrar vida cada vez que la señora Aguilar lo lee.

Hace 40 años yo le regalé esa carta, pero esta vez fue ella quien me regaló la sorpresa más grande que podría haber soñado. Aunque se esté desbaratando, mi carta continúa junto a ella, recordándole cuánto la quiero, y cómo agradezco sus cuidados y su amor. ¡El mejor regalo de Navidad que pude haber recibido!



Diciembre 2022


 
 

Entradas recientes

Ver todo
UN AÑO DE ARPAS Y BIENESTAR EN FCC

Por Alma Elena Gutiérrez Leyton* Hace un año este proyecto era solo una idea descabellada. ¿Integrar un ensamble de arpas con personas de...

 
 
bottom of page