Las fiestas decembrinas y los conflictos familiares
- Alma Gutierrez

- 28 dic 2022
- 4 Min. de lectura
Recomendaciones para que tu cena de Navidad no sea la crónica de una tragedia anunciada

Marisela no había tenido tiempo de cambiarse el vestido de fiesta, ni los zapatos de tacón; su cabello todavía tenía marcados algunos de los curlys que se había hecho para verse bonita en la cena de Navidad, y aunque el delineador se había corrido por debajo de sus ojos, se notaba que se había esmerado para lucir muy bien en la reunión que organizó su suegra.
Y ahora estaba ahí: sentada en una banca de la delegación de Policía, esperando información sobre su esposo, detenido por lesiones, mientras que su cuñado se debatía entre la vida y la muerte en el hospital.
Lo que parecía que iba a ser una cena de Navidad, como esas que aparecen en todos los comerciales de televisión, terminó en una tragedia familiar. Jorge, su esposo molió a golpes a Fernando, su hermano menor, tras un reclamo por la forma en que este le había llamado la atención a Lorenita, su hija de siete años.
Marisela seguía pensando que, si Jorge no hubiera ingerido alcohol, no habría reaccionado así, y mucho menos, se le habría ocurrido golpear a su hermano por esa nimiedad. Aunque, también era cierto que eso solo fue la gota que derramó el vaso, pues desde que se asociaron para emprender ese negocio que no tuvo el éxito esperado, ya tenían fricciones que no habían podido solucionar durante todo el año.

Los conflictos familiares son muy frecuentes en las fiestas decembrinas
Igual que Jorge y Fernando, miles de personas con parentesco -consanguíneo o político- protagonizan enfrentamientos verbales y físicos de diferentes magnitudes, durante las fiestas decembrinas. [Una nota periodística del portal https://www.bluradio.com/ reporta que en una sola ciudad colombiana -Bucaramanga-, se registraron 14 mil riñas en esta Navidad 2022, de las cuales 4 mil fueron entre familiares].
Problemas que, en la mayoría de los casos, fueron producto de conflictos latentes que no se resolvieron durante todo el año.
¿Por qué pensar en reunir a quienes no quieren estar juntos?
Poner el mantel de fiesta, vestirse de gala y preparar una cena elegante no es suficiente para que mágicamente desaparezcan las desavenencias, malentendidos, chismes y envidias que pudieran existen entre los miembros de la familia. Al contrario, en ese contexto de celebración es cuando los problemas no resueltos se recrudecen y detonan en confrontaciones mayores.
¿Cómo evitar que las fiestas navideñas se conviertan en un cuadrilátero para la pelea familiar?
Lo primero sería comprender que, si durante 12 meses no hemos podido resolver nuestras diferencias, llegaremos con esa molestia a la cena navideña o a la celebración de fin de año. Entonces… ¿qué hago aquí, en esta cena a la que no tenía ganas de asistir?
¿Por qué convivir con personas que no están de acuerdo con mi forma de vida, con lo que hago, o con cómo soy?, o ¿por qué obligo a los demás a convivir conmigo?
Pocas personas se plantean estos cuestionamientos y se aventuran a la cena del conflicto anunciado como si por ser Navidad o Fin de año, se pusiera tregua a la guerra familiar.
Frente a escenarios como los anteriores, es prudente plantearse los cuestionamientos mencionados y decidir prudentemente, para evitar un conflicto familiar.
La psicóloga Bianca Castro recomienda que, para evitar un problema familiar, se pueden atender los pasos siguientes:
Discúlpate con anticipación y no asistas a la cena. Es mejor ser el ausente de la fiesta, a ser el protagonista del pleito.
Busca un mediador (puede ser un profesional o un familiar que no sea parte del conflicto) para solucionar el malentendido, el problema, o esa tensión con el familiar con el que estás distanciado.
En caso de no que no quieras recurrir a la mediación o que, a pesar de haberlo hecho no lograste la solución del conflicto, acude solo a saludar a tus padres (hermanos, o seres queridos)
Si te resulta muy difícil tomar la decisión de faltar a la cena, entonces asume un pensamiento positivo, céntrate en la maravillosa oportunidad que representa ver reunidas a las personas que más amas. Olvida el conflicto y no pienses en el problema sino en lo lindo del momento. Procura la convivencia con esos parientes con los que tienes más afinidad y con los que más aprecias; concéntrate en convivir con esos seres queridos.
Evita el consumo de alcohol o de drogas, ya que, al actuar como desinhibidores, aumentan el riesgo de que reacciones a cualquier comentario o actitud que tú consideres una provocación.
Aplica “el modelo Fox”: cenas y te vas. ¿Para qué quedarte a esperar el momento para aclarar eso que te incomoda, “porque ahora sí me va a escuchar”?
Evita comentar con sarcasmo, o criticar mordazmente al familiar o los familiares con los que mantienes rencillas.
Refúgiate en tu fe y perdona desde el fondo de tu corazón lo que sientes que te ha ofendido. El perdón te sanará a ti, te hará ver el problema desde otra óptica y comprender que es nuestra percepción la que construye los conflictos.
No te dejes influenciar por las escenas publicitarias ni por las publicaciones en redes sociales. La publicidad es solo eso: una imagen para la venta, y los post de las redes sociales son apenas el retrato de un momento de felicidad que no representa la historia completa de sus autores.
Considera la gran oportunidad que representa iniciar un año nuevo, pleno de oportunidades para invertir tiempo, dinero y esfuerzo en mejor nuestras relaciones familiares y de amistad.

Algunas técnicas, como la escritura terapéutica, son excelentes para modificar conductas que nos dañan y también afectan a quienes nos rodean.
Es muy gratificante ver cómo al escribir sobre sus afecciones emocionales y aquellas situaciones que les causaban tristeza o bloqueos para cumplir sus planes, las participantes del taller lograron reflexionar al respecto y modificar su percepción al respecto.
Si te interesa conocer sus testimonios, puedes verlos en el apartado de Cursos y Talleres de esta página.





